«¿De dónde viene, decías, esta tristeza extraña
que sube como el mar sobre la roca oscura y desnuda?»
—Cuando nuestro corazón ha hecho una vez su vendimia,
el vivir nos lastima. Es un secreto de todos conocido.
Es un dolor muy simple y nada misterioso,
y, como tu alegría, brillante para todos.
Deja, pues, de buscar, ¡oh belleza curiosa!,
y, aunque tu voz sea dulce, ¡cállate!
¡Cállate, ignorante!, ¡alma siempre enajenada!,
¡boca de risa infantil! Más aun que la Vida,
la Muerte a menudo nos ase con sutiles lazos.
Deja, deja que mi corazón se embriague con una mentira,
que se sumerja en tus bellos ojos como un bello sueño,
y que dormite largo tiempo a la sombra de tus pestañas.
(«Semper eadem» - Siempre la misma de Charles Baudelaire)
Últimamente he estado leyendo "Las flores del mal" y este poema me gustó especialmente.
jueves, 7 de noviembre de 2013
miércoles, 19 de junio de 2013
Metáfora y especias
El suicidio se suicidó.
Y no les quedó a los hombres más consuelo
que matarse los unos a los otros
para mitigar su dolor.
El valor no existe
donde los cobardes luchan
y la huida no es más
que una guerra silenciosa.
Y no les quedó a los hombres más consuelo
que matarse los unos a los otros
para mitigar su dolor.
El valor no existe
donde los cobardes luchan
y la huida no es más
que una guerra silenciosa.
martes, 23 de abril de 2013
Brokeback Mountain
"Te juro que no sabía que acabaríamos así"
"Te diré una cosa, la verdad... a veces te echo tanto de menos que no lo soporto"
"Te diré una cosa, pudimos tener una buena vida juntos, una vida que te cagas. En nuestra propia casa, pero tu no quisiste, Ennis, ¿y qué tenemos ahora? ¡Esta montaña! Todo se basa en eso, es lo único que tenemos, nada más. Y espero que sepas eso aunque nunca sepas el resto".
domingo, 10 de marzo de 2013
Arañanado paredes
Porque sé qué debo hacer, pero sigo volviendo la vista hacia otro lugar.
"Necesito mantener las cicatrices
para demostrar que hubo un tiempo
cuando amé algo más que la vida".
domingo, 24 de febrero de 2013
"Fíate de hechos no de palabras"
La magia de las
palabras tiene un poder sobrecogedor sobre mí. Me retuercen, me hinchan, me
estiran y me destrozan como si fuera parte de ellas, tinta drenada sobre un
papel.
Aún no entiendo como unas letras, unas seguidas de otras a ciertos intervalos pueden tener tanto significado y hundirse tan profundo en la conciencia, más que cualquier otra cosa. Me llenan y me vacían a su antojo con imágenes y sonidos, con recuerdos y promesas, dejándome vivir situaciones ficticias por instantes. Me elevan para dejarme caer, me recogen, me ofenden y me perdonan para abandonarme más tarde, como si nunca hubiesen estado ahí. Pero al mismo tiempo, son lo más tangible y auténtico que tengo.
Palabras escritas, oídas, susurradas en callejones oscuros. Tan engañosas y perversas. Porque las palabras son lo más traicionero y peligroso que existe. Palabras que destruyen grandes imperios, que hacen que hombres cobardes salgan a luchar y que los valientes se escondan bajo las sábanas; palabras que hieren más profundo que las espadas, que curan viejas heridas y que te besan el alma; palabras que hacen que alguien quiera morir y que, al instante, quiera vivir eternamente. Hay personas que traicionan su vida con palabras o viceversa, personas que hacen de las palabras hechos o de los hechos palabras.
Palabras que son gritos silenciosos, que no tienen sentido, que son prueba de nuestras pasiones, logros y dolores, como cicatrices sobre el papel.
Y aquí me encuentro yo, esclava de las palabras.
Aún no entiendo como unas letras, unas seguidas de otras a ciertos intervalos pueden tener tanto significado y hundirse tan profundo en la conciencia, más que cualquier otra cosa. Me llenan y me vacían a su antojo con imágenes y sonidos, con recuerdos y promesas, dejándome vivir situaciones ficticias por instantes. Me elevan para dejarme caer, me recogen, me ofenden y me perdonan para abandonarme más tarde, como si nunca hubiesen estado ahí. Pero al mismo tiempo, son lo más tangible y auténtico que tengo.
Palabras escritas, oídas, susurradas en callejones oscuros. Tan engañosas y perversas. Porque las palabras son lo más traicionero y peligroso que existe. Palabras que destruyen grandes imperios, que hacen que hombres cobardes salgan a luchar y que los valientes se escondan bajo las sábanas; palabras que hieren más profundo que las espadas, que curan viejas heridas y que te besan el alma; palabras que hacen que alguien quiera morir y que, al instante, quiera vivir eternamente. Hay personas que traicionan su vida con palabras o viceversa, personas que hacen de las palabras hechos o de los hechos palabras.
Palabras que son gritos silenciosos, que no tienen sentido, que son prueba de nuestras pasiones, logros y dolores, como cicatrices sobre el papel.
Y aquí me encuentro yo, esclava de las palabras.
jueves, 3 de enero de 2013
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