"Y dijo que durante varios años no había hecho nada distinto de eso. Su vida estaba dedicada a encontrarme en la realidad, a través de esa frase identificadora: <<Ojos de perro azul>>. Y en la calle, iba diciendo en voz alta, que era una manera de decirle a la única persona que habría podido entenderla: <<Yo soy la que llega a tus sueños todas las noches y te dice esto: ojos de perro azul>>."
"Le tendí el cigarrillo. Ella lo apretó entre los labios y se inclinó para alcanzar la llama, antes que yo tuviera tiempo de encender el fósforo. <<En alguna ciudad del mundo, en todas las paredes, tienen que estar escritas esas palabras: "Ojos de perro azul"-dije-. Si mañana las recordara iría a buscarte>>."
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